lunes, 16 de agosto de 2010

Antes de ponerse en acción

Lo primero que hay que tener claro es el servicio o el producto que se desea vender, a quién se le va a vender y si va a ser posible venderlo. También hay que saber que aunque te lo tomes como un experimento vas a tener que hacer un desembolso económico ya que aunque muchas cosas puedas hacerla tú mismo, otras por falta de tiempo, medios o conocimientos, no y esas cosas hay que pagarlas.

El proceso de definir el producto y el público objetivo, pienso que tiene que estar bien definido pero a la vez ser lo suficientemente flexible como para poder hacer cambios sobre la marcha en función de lo que  el cliente potencial te vaya indicando cuando tenga contacto con el producto y comiences a tener un feedback de los posibles fallos o aspectos que se puedan mejorar o cambiar. Claro, depende de lo que estés vendiendo. Como el objetivo final es vender, es mejor no obstinarse en querer hacer algo totalmente cerrado. Lo que a ti te puede parecer increible, puede ser lo que menos guste y lo que creas que no vale para nada, puede ser lo que triunfe.

Mi producto estaba medio diseñado y mi socio es diseñador. En este sentido tenemos total libertad para hacer los cambios que queramos y tener la variedad de producto que queramos. Aún así estamos limitados a la hora de producir el objeto ya que cada variación implica un pedido mínimo. Es decir que si quiero cambiarle el color tengo que hacer un pedido, si cambio el tamaño otro, .... Y ahí si que vuela el dinero.

Antes de ponerse en acción hay que tener en cuenta que un negocio online no es gratis y que aunque no tengas una tienda física vas a tener muchos gastos, en un principio no comparables a tener que pagar un alquiler, una persona trabajando a tiempo completo,... pero si hay otros muchos gastos:
Diseño del producto ( si es tu caso ), producción, programación y diseño, de tienda online, gastos del servidor,... por nombrar los más evidentes y sin olvidar que son muchos más.

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